Es evidente que el consumo de medios multipantalla no es ya una tendencia sino una realidad. Muchos consumimos TV tradicional mientras interactuamos en redes sociales. Este hecho hace especialmente relevante para los programas televisivos la monitorización de las opiniones que se vierten en estas redes sobre sus contenidos. Pero de ahí a que una herramienta de monitorización de Twitter pueda cuestionar la eficacia de los audímetros, como sostiene este artículo de ayer en El País, va un trecho.
Los adictos a las redes sociales en general y a Twitter en particular creemos que el resto del mundo también lo es, y nada más lejos de la realidad. El medio verdaderamente global en este país es la televisión. Si quieren hacer la prueba no tienen más que tocar los timbres de un bloque y preguntar cuántos ven la tele y cuántos tienen Twitter. Esto hace que los resultados de tuitele tengan un sesgo muy importante que condiciona de gran manera su validez. Otro sesgo importante lo da el perfil de público de un programa concreto. Hay públicos que son más afines a programas y redes sociales y otros mucho menos.
Dejando a un lado la crítica clásica a los audímetros tradicionales, porque nadie conoce a nadie que tenga uno, etc, etc. Mi experiencia profesional de los últimos años me dice que los datos globales del estado que reflejan los audímetros aciertan en los programas más vistos. El sistema empieza a fallar cuando se segmentan los datos a CCAA o a muestras más pequeñas dado que el número de audímetros en España es relativamente pequeño. Sin embargo es cierto que los audímetros hablan de audiencias brutas pero no de datos cualitativos. A través de herramientas como tuitele se puede conocer si los comentarios que está despertando un programa son negativos o positivos, pero a la postre el número de espectadores puede ser igualmente alto. No olvidemos que el morbo sigue vendiendo y mucho. Casos recientes como el de la noria hacen que los anunciantes se planteen la inserción de publicidad en programas de contenido dudoso, pero no por falta de audiencia, sino para evitar crisis de comunicación que afecten a la imagen de la marca.
La herramienta tuitele es útil para los programas a pesar de todo. Hace tiempo que las empresas de medición tradicionales como Nielsen o la propia Kantar Media incorporan herramientas de monitorización de redes sociales a sus servicios. La necesidad existe, pero mi experiencia en este campo dice que el carácter cualitativo de estas mediciones es muy pobre.
Por último, una buena estrategia de comunicación en Twitter por parte de un programa de televisión puede facilmente condicionar los datos. Una vez lanzada esta herramienta y visto que medios como El País se hace eco de ella, algunos programas como El hormiguero o Gran Reserva piden a sus seguidores que tuiteen sobre el programa para mejorar su posición en el ranking. ¿No desvirtúa esto los datos?
Creo que hablaremos mucho sobre esto durante 2013 porque es reto de todos y porque, como decía al principio del artículo, el consumo multipantalla no es una tendencia, sino una realidad que irá a más.
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